La pasada Navidad, una de mis amigas y yo decidimos pasar unas vacaciones diferentes, terminando el año con un viaje. Tras varias horas de búsqueda infructuosa, justo antes de volvernos locas como en aquel anuncio, dimos con nuestro viaje: una super oferta de vuelo+hotel a Frankfurt.
Viajar en invierno tiene sus "inconvenientes", uno de ellos es la necesidad de realizar más paradas en el recorrido turístico, por eso de evitar congelarte..., para lo cual viene muy bien tomar un café o un chocolate caliente (¡bendito Starbucks!), mientras repones fuerzas para volver a salir al frío. No puedes pasar todo el día en la calle, andando de un lado para otro, así que se hace necesario elegir muy bien los sitios a visitar, a fin de no dejarte olvidado ningún lugar de principal interés.
Frankfurt es una de las ciudades más importantes de Alemania, así como el centro económico y financiero de la Unión Europea, al ser la sede del Banco Central Europeo (BCE).
Es una ciudad moderna, con altos rascacielos y un skyline que evoca a otras grandes urbes, siendo conocida por ello como "la Manhattan de Europa".
Uno de los principales lugares de interés es la plaza Römerberg; se trata de la plaza principal y centro histórico de la ciudad. Al igual que otras ciudades alemanas, Frankfurt fue destruida por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial; la citada plaza fue reconstruida fielmente, basándose en la documentación existente. Está formada por un conjunto de casas de madera, así como por la Iglesia de San Nicolás y el Rathaus Römer, edificio de 1405 donde está ubicada la sede del Ayuntamiento. En el mes de diciembre acoge uno de los mejores mercados navideños del país.
Próxima a la plaza Römer se encuentra la catedral de San Bartolomé, edificio de estilo gótico que fue construida en los siglos XIV y XV sobre los restos de una iglesia de la época merovingia. Al igual que muchos edificios alemanes, fue destruida durante la guerra y reconstruida posteriormente. Su interior no resulta demasiado impactante, pero llama la atención su sencillez y sobriedad.
Frankfurt no es una ciudad muy monumental, sin embargo tiene edificios y lugares con mucho encanto. Uno de ellos es el Alter Oper u ópera antigua de Frankfurt, que fue inaugurada en 1880. Tras su destrucción durante la Segunda Guerra Mundial, estuvo a punto de desaparecer y ser sustituida por un edificio moderno, sin embargo, un movimiento ciudadano consiguió que se reconstruyera respetando el diseño original.
Frankfurt es una ciudad muy cosmopolita, llena de vida, urbana y moderna, aunque conserva ciertos rincones en los que aún se respira el espíritu de otras épocas. Es una gran opción para una escapada de fin de semana, para escapar de la rutina y volverte "loca" con las compras. En Navidad, con toda la decoración que adorna las calles, las luces y la nieve, ofrece una imagen muy pintoresca y agradable.
Y siendo consciente de que me dejo muchas más cosas en el tintero, que con estas pocas palabras no le hago justicia a la ciudad, al menos he conseguido ofrecer ciertas pinceladas de lo visto y vivido por aquellas tierras. Una última recomendación: ¡no se vuelvan sin probar la cerveza alemana!
Un saludo.
Me encanta la nieve, me encanta Frankfurt, me encantan los lugares turísticos... Ya estoy viendo hoteles en https://viajerocasual.com/hoteles-en-frankfurt/ para alojarme en Frankfurt.
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