No soy una gran aficionada a la televisión, sólo veo lo que según mi humilde opinión, merece la pena, y he de reconocer que la noche de los jueves ha quedado reservada para Sherlock (por poco tiempo, pues quedan dos capítulos para concluir la temporada).
Sherlock es una versión moderna basada en las aventuras del "detective asesor" más brillante de la literatura, creado por Sir Arthur Conan Doyle en 1887. Pero la aportación de la BBC no se limita a volver a dar vida a este personaje, algo que ya se ha hecho recientemente en el cine, sin mal resultado. La serie británica va más allá y nos traslada a Sherlock Holmes al siglo XXI, con todas sus consecuencias y las ventajas que suponen las nuevas tecnologías; de modo, que "nuestro" Holmes tiene conexión a Internet, portátil, móvil de última generación (con acceso a Internet, por supuesto), su propio blog acerca de la Ciencia de la Deducción....y, por su parte, el Doctor Watson es un ex-soldado de la guerra de Afganistán, el cual también tiene su propio blog, adaptación de los diarios que escribía en las novelas, donde va relatando todas y cada una de las aventuras y desventuras sufridas al lado del detective.
La serie consigue captar la esencia de las novelas de Conan Doyle, haciendo perfectamente factible la presencia de un Sherlock Holmes en nuestro siglo. Es cuidadosa con los detalles, pues se respeta la caracterización de los personajes de las novelas y conserva los tics propios de la obra original, como la lupa portátil, los taxis londinenses, el piso en el 221B de Baker Street, incluso el "sombrerito" hace su aparición en uno de los capítulos; los guiones son geniales, con unos diálogos cargados de ironía, sarcasmo y, por qué no, cierto toque de comedia (hay ocasiones en que me hacen reír, sinceramente). Cada capítulo te mantiene expectante y concentrado hasta el final, pues si pierdes un minuto, acabas sintiéndote desorientado, dado el ritmo vertiginoso con el que se desenvuelven cada una de sus investigaciones. Se puede decir que no tienes ni un segundo para aburrirte (bueno sí, cuando ponen anuncios).
Cabe destacar el gran trabajo de interpretación que realizan todos los que intervienen en la serie, pero especialmente, el de quienes dan vida a Sherlock y a Watson: Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, respectivamente. Juntos hacen una de las mejores parejas televisivas como no se ha visto en mucho tiempo. Hay chispa en sus diálogos y la química es patente. No tiene desperdicio. De hecho, ya han recibido el reconocimiento que se merecen por su trabajo, pues Benedict Cumberbatch ha ganado el Premio del Sindicato de Prensa de 2011 por su papel como Sherlock y ha sido nominado para el BAFTA como mejor actor. Por su parte, Martin Freeman ha ganado el BAFTA de 2011 como mejor actor de reparto.
Me encanta la interpretación que Cumberbatch hace del famoso detective asesor. Logra transmitir toda la frialdad, autosuficiencia, excentricidad y genialidad del personaje y, además, también lo dota de un aspecto algo cómico en algunas ocasiones, sobre todo en sus conversaciones con Watson, conversaciones que mantiene aún cuando el propio Watson no se encuentre en el piso ("Qué culpa tengo yo de que no me escuches" dice Sherlock). Martin Freeman no se queda atrás en su actuación, y aporta el "factor humano" en el gran equipo que forman.
No voy a "destripar" el contenido de los capítulos, pues prefiero que los veáis por vosotros mismos...tan sólo despedirme con una de sus citas: "Inteligencia es el nuevo sexy", ¿quién sabe? A poca gente le queda tan bien un traje de chaqueta o un abrigo largo...
Un atento saludo.
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