«Misión Olvido cruza fronteras y tiempos para hablarnos de pérdidas, coraje, segundas oportunidades y reconstrucción. Una historia luminosa a caballo entre los años cincuenta y el fin del siglo XX que transita por España y California desplegando intrigas imprevistas, amores entrecruzados y personajes cargados de pasión y humanidad » (Ediciones Temas de Hoy).
Misión Olvido cuenta la historia de tres personajes cuyas vidas se entrecruzan, aunque la protagonista central es Blanca Perea, profesora de Universidad de mediana edad que ve como su vida se derrumba cuando su marido decide separarse de ella. Incapaz de seguir adelante en su entorno de siempre, decide escapar y acepta una beca para trabajar en la Universidad de Santa Cecilia, California, Estados Unidos... lo suficientemente lejos como para recomponer su corazón maltrecho.
La función de Blanca en la Universidad de Santa Cecilia va a consistir en clasificar los documentos y todo el trabajo dejado, tras su muerte años atrás, por el profesor Andrés Fontana. El citado profesor es otro de los personajes centrales de esta novela, pues se dedican varios capítulos a narrar desde sus humildes orígenes en la España de los años veinte hasta su posterior emigración a Estados Unidos, donde se convierte en un importante profesor de Literatura.
Daniel Carter es el tercer vértice de esta historia. Fue alumno de Fontana, que le transmitió su pasión por la literatura española. Muestra un especial interés en el trabajo que Blanca está realizando sobre el legado de su antiguo profesor y mentor, por lo que intenta colaborar con ella y orientarla en algún que otro aspecto sobre la vida personal y académica del profesor Fontana. La novela ocupa varios capítulos en relatar la vida de Daniel Carter, así como su estancia en una España sumida en la dictadura, mientras preparaba su tesina sobre el autor español Ramón J. Sender.
Tras analizar las tres principales tramas sobre las que se desarrolla la historia, creo conveniente aportar mi opinión personal.
Misión Olvido es una novela correcta en su estilo y en la forma, aunque no ha llegado a emocionarme o interesarme tanto como esperaba. He de reconocer que mis expectativas respecto a esta novela de María Dueñas eran bastante elevadas, pues tras devorar (que no leer) su anterior obra, El tiempo entre costuras, creía que su última publicación sería igual de cautivadora... pero me equivocaba. Mientras leía, tenía la sensación de que faltaba algo; no logré empatizar con los personajes, al contrario que con su anterior novela. Las comparaciones son odiosas, pero es cierto que con El tiempo entre costuras puso el listón muy alto.
No obstante, he de romper una lanza a favor de esta novela señalando que es una obra cómoda de leer, una historia a tres tiempos pero que no se hace difícil de seguir el hilo argumental. Tiene una lectura ligera y amena, entretenida (que no es poco); los últimos capítulos son los más emocionantes y con ello se mitiga un poco esa chispa que le faltaba a la historia.
A pesar de lo dicho, me gusta la forma de escribir de María Dueñas, así que leeré con agrado el próximo libro que publique.
Un saludo.
El problema de los grandes artistas (sean cineastas, escritores, cantantes...)es superar la obra anterior, cuando esa obra ha sido especialmente reconocida.
ResponderEliminarAunque no lo creas, hasta a Almodóvar le pasa; no siempre se supera jeje
Tienes toda la razón, es muy difícil mantener siempre el mismo nivel, más que nada cuando el listón respecto a trabajos anteriores es muy alto.
EliminarAún así, la novela en sí no está mal... simplemente que yo esperaba más.