viernes, 28 de marzo de 2014

La huella blanca

La Huella Blanca es una novela histórica ambientada en la Irlanda celta del siglo V d.C. La historia comienza cuando Bróenán, jefe de una tribu irlandesa decide llevarse al hijo del jefe de la tribu enemiga, tras una batalla en la que acaban con la vida de todos los miembros de la misma. 

El "niño robado", Ciarán, es criado por Bróenán como si fuera su propio hijo. El joven desconocerá sus orígenes hasta ya entrada la adolescencia, lo que provocará su ira para con la que había sido su familia y su repentina marcha de la tribu, exiliándose en búsqueda de su lugar en el mundo, intentando hallar el modo de poder casarse con el amor de su vida, Olwen.

Aunque parte de una premisa y una base sencilla, como es el amor y las rencillas familiares y tribales, La huella blanca es una novela que merece la pena porque es muy descriptiva y didáctica acerca de la vida celta. A través de las aventuras y desventuras de Ciarán y Olwen, nos muestra cómo eran las rutinas y costumbres de los pueblos irlandeses de aquella época: la importancia de los animales, su relación con los dioses y diosas, la estructura jerárquica y la forma en que se ejercía el poder en los poblados, las relaciones paterno-filiales y matrimoniales, festividades, tributos, así como la entrada del cristianismo en Irlanda. Así, por ejemplo, una de las festividades más importantes era Samain, fecha en la que comenzaba en invierno y que simbolizaba la caída del velo ente el mundo de los vivos y de los muertos... lo que en la cultura anglosajona actual se conoce como Halloween o, en nuestra tradición patria, la noche de difuntos.

La huella blanca cuenta una historia de amor, de búsqueda de la propia esencia, de espera y de evolución personal. El amor de Ciarán y Olwen es tan intenso que no se ve afectado por el paso del tiempo, es capaz de vencer los obstáculos que la vida les interpone. A través de las páginas de esta novela se ve cómo los personajes van evolucionando, comienzan siendo unos niños y somos testigos de su  madurez, al superar las duras pruebas que la vida les interpone.

Por otro lado, la novela también hace mención a la introducción del cristianismo en la Irlanda celta, a través de pequeñas comunidades que se asentaban en las tribus autóctonas. Así, aparece como uno de los personajes secundarios Patricio, un joven cristiano que es secuestrado por Ciarán y que será vendido como esclavo a los irlandeses... el mismo que pasará a convertirse en San Patricio.

Como conclusión, tras este breve análisis de la novela, La huella blanca es una lectura totalmente recomendable a los amantes de Irlanda y la cultura celta, dada la riqueza de sus descripciones y explicaciones. Es una buena forma de aprender un poco más sobre la isla esmeralda, de una forma amena y relajada.

Un saludo.


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